martes, 27 de marzo de 2012

de pasadita por Uruguay


Esa mañana nos despertamos temprano, empacamos todo como siempre y seguimos nuestro rumbo. Desde la ciudad de Buenos Aires, se puede cruzar a Uruguay en barco cruzando el Río de la Plata. La empresa que hace esto se llama Buquebus y el trayecto clase turista demora 3 horas. Nosotros decidimos tomar esta opción, ya que era mucho más rápido que ir por tierra en la moto. 

La noche anterior, habíamos pedido instrucciones para llegar al puerto desde la casa de Nicolás (donde estábamos alojando) por lo que salimos confiados de llegar bien a la hora, o incluso más temprano. Pero, como era de suponer, aparecieron mil obstáculos... la carretera urbana estaba cortada por arreglos y los desvíos nos llevaron a otra parte y nos perdimos harto rato. Cuando finalmente pudimos llegar al lugar de embarque nos hicieron correr, porque sino nos dejaban abajo. Fue bien caótico, pero lo logramos! Y de este modo nos despedimos de Argentina, el maravilloso país que nos acogió por 40 días. Adiós Argentina... y hola Uruguay! 


Una vez instalados en nuestros asientos y luego de zarpar, nos pareció reconocer a dos pasajeros que estaban sentados en la hilera de al lado. En la entrada "El Calafate y las despedidas..." les comentamos que conocimos a una pareja de motoviajeros franceses quienes llevan un año viajando y en ese momento iban al sur hacia Ushuaia, con su amortiguador  malo. Comprobando que el mundo es muy pequeño, ahí estaban Carole y Laurant, sentados al lado nuestro en la misma barcaza -el mismo día, a la misma hora y con el mismo destino. Es increíble como cosas así nos van pasando en tantas ocasiones en este viaje. Así se nos hizo cortísimo el trayecto, el cual lo conversamos completo. 
Si quieren conocerlos a ellos un poco más y saber su historia de viaje, les dejo el link de su página: transam2011.fr Está en francés, pero está la opción de leerlo en español.


Al llegar al puerto de Colonia de Sacramento, Uruguay, nos separamos de nuestros nuevos amigos viajeros, ellos se quedarían ahí esa noche y luego seguirían al norte, hacia Iguazú. Nosotros, en cambio, seguimos viaje hacia el este para llegar a Montevideo.


Colonia de Sacramento es bonito, pero es muy pequeño por lo que lo recorrimos rápidamente en la moto. Para el almuerzo pedimos algo llamado "Chivito al plato" y nos asombramos cuando la garzona nos llevó el plato con el montón gigante de comida, ya que lo pedimos sin entender bien qué era. Después nos dimos cuenta que justamente es plato era uno de los más típicos de Uruguay. El plato consistía de: lechuga, tomate, ensalada rusa, papas fritas, carne, jamón, tocino, queso y huevo frito!!! Una bomba! 



Con las guatitas bien llenas y los corazones bien contentos, nos subimos a la moto con dirección a Montevideo -capital de Uruguay. 
Apenas llegamos a la ciudad nos dirigimos al centro de informaciones turísticas para buscar alojamiento, pero se había cerrado un par de minutos antes. Tuvimos que partir a buscar por nuestra cuenta y ya se estaba poniendo de noche... así que tratamos de darnos prisa. Nos costó mucho encontrar algo decente y barato, ya que todo era más caro (ya nos habían dicho que en Uruguay sería así). Finalmente encontramos un "hotel" no tan bueno, pero la recepcionista nos permitió guardar la moto adentro y era buena onda. También nos dejó pedir comida por teléfono, lo que fue muy agradable ya que estábamos cansados.


Al día siguiente, recorrimos hartas horas a pie y en micro. Es una ciudad completa, tiene de todo. Había mucha artesanía uruguaya y muchísimos lugares para comer. Nosotros lo analizamos como un Santiago pero más chico, y con harta playa bonita. Mientras nos devolvíamos al hotel, se largó a llover... con tormenta eléctrica y todo, así que llegamos empapados.





En la mañana, volvimos a armar todo en la moto. Llovía despacio, así que decidimos ponernos los trajes de goma y partir igual, escapando del mal tiempo. Ese día llegamos a Punta del Este. Nos llovió a intervalos... pero nada serio. En Punta del Este los precios se elevaron más aún, es increíble lo caro que es todo. Gracias a la ayuda de informaciones turísticas, llegamos a una casa donde se arrendaba una habitación exterior (con baño y una mini cocina) a un precio elevado, pero aceptable. La cabañita estaba impecable y la atención de sus dueños maravillosa. Nos tenían un chocolate de bienvenida, música y buen ambiente. Esa tarde fuimos a la península (que es el sector turístico) a conocer un poco y a cenar.





El día siguiente fue de más paseo y más recorrer. Dimos toda la vuelta a la península... nos tomamos la típica foto con "la Mano" de Punta del Este (que a todo esto, resulta ser obra de un escultor chileno), recorrimos el puerto y compramos pescado fresco para hacer ceviche. Después nos adentramos en la ciudad de Maldonado (que está adosada a Punta del Este) y pasamos por el "Puente Ondulado" que, a mi parecer fue una locura de su creador, pero que es una entretención cada vez que se cruza. A la noche hicimos nuestro primer ceviche... y quedó increíble!


La mañana siguiente debíamos partir a Brasil y estábamos ansiosos! Pero llovió toda la noche y todo el día... y aplazamos nuestra partida. Así que nos quedamos otra noche más en esa ciudad maravillosa.

Uruguay es un país muy lindo, tiene paisajes hermosos... mucho follaje, muchas palmeras y ya nos sentimos en un ambiente más tropical. La gente es muy parecida a los Argentinos por lo que pudimos apreciar, además de que hablan casi igual y toman mucho mate. Pero manejan respetando la señalética... lo que se agradece! Hay muchísimas motos, pero casi todas chinas y muy mal cuidadas... y las motos no pagan peaje en las carreteras!

Nosotros estuvimos muy pocos días en ese país, pero de igual forma nos cautivó. Esperamos regresar alguna vez, para unas vacaciones de ensueño. Pero por lo pronto, ahora se viene lo novedoso y diferente de nuestro viaje actual... siguiente parada: Brasil! eh eh eh!

4 comentarios:

  1. la verdad que montevideo es la ciudad en donde me gustaria vivir una vez retirado,la encuentro terriblemente a escala humana y su gente simpatiquisima.lindas fotos.besos y abrazos

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  2. Hola jóvenes viajeros. Roberto, quedaste pochito con ese tremendo plato, que increíble la cantidad de comida, lo otro, que puente mas extraño, me imagino debes pasarlo a baja velocidad, de lo contrario puedes hacer un mega jump en la doble, me queda claro que fue una locura del arquitecto que no considero los aspectos funcionales.......igual dan ganas de acelerar y ver que pasa...jajaja. Un gran abrazo.....que vengan mas historias.

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  3. Nika Nailekara27/8/12, 21:38

    Hola gente... les cuento que la persona que diseñó ese puente... no era ni arquitecto ni ingeniero , sino un constructor loco por los calculos de tensiones ,llamado Leonel Viera , que queria crear un puente escultura .Nunca se llegó a graduar en la Universidad . Y comentario... no se en moto , pero pasar rápido en coche es como ir en montaña rusa ,jajaja. Un saludo desde Uruguay.

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    1. Hola!! Que entretenido lo que nos cuentas, yo personalmente soy Arquitecto y no se me habría ocurrido que la persona que hizo ese puente no hubiera sido ingeniero constructor al menos!! Es una obra muy entretenida y lo disfrutamos mucho (a modo de paseo claramente). un saludos grande y bienvenida al blog!

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