domingo, 20 de mayo de 2012

Decisiones, Largos Caminos y Nuevos Amigos!

Desde que planeamos este viaje teníamos muchas dudas con respecto a nuestra ruta a seguir estando dentro de Brasil. Siempre tuvimos claro que queríamos conocer la costa y llegar hasta Brasilia, pero desde ahí en adelante nuestro camino era incierto. La siguiente ciudad que teníamos marcada como destino fijo era Manaus -ciudad natal del abuelo de Roberto y Amazonia plena. 

Para llegar a Manaus desde Brasilia definimos tres rutas posibles: la primera por la costa del nordeste brasileño -conociendo la zona más turística del país-, la segunda directamente norte por el interior hasta la ciudad de Belém, y la tercera yendo al este -entrando a la Amazonia- hasta la ciudad de Porto Velho. Al final de cada una de estas tres opciones habría que tomar un barco por el amazonas hasta la ciudad de Manaus, ya que prácticamente no existen vías transitables que conecten Manaus con el resto del país (las rutas existentes son de tierra, y por ende de barro, totalmente abandonadas hace años en cuanto a su mantención) y el negocio de los barcos se ha convertido en opción única de traslado, una especie de monopolio. 



El camino a seguir lo decidimos el último día en Brasilia. No fue fácil, pero así lo decidimos: La opción del nordeste significaba muchísimos kilómetros más, por ende más días y más gastos... además de ser una zona más cara por ser más turística. Así que lo dejaremos para un siguiente viaje (en unas vacaciones se puede lograr). 

La elección entre las otras dos opciones tuvo directa relación con la información que pudimos obtener de los barcos que hacían el recorrido hasta Manaus. Se trata de un mercado bastante informal, donde el precio pagado por cada pasajero varía según que tan bien puede negociar. Debido a esto, fue muy difícil conseguir información concreta de cada barco sin estar en el lugar. Sin embargo, nos contactamos con una persona que vive en Belém quien averiguó que el precio relativo para dos personas y una moto ascendía a $700 reales (US$350) sin incluir las comidas abordo, y el viaje sería de unos 6 días. Al mismo tiempo, conversamos con Gabriel (un amigo venezolano que conocimos en Río Gallegos, Argentina) quien había hecho el trayecto en barco desde Porto Velho a Manaus un mes atrás y calculó que nos saldría alrededor de $550 reales (US$275), conversables, pero que incluía todas las comidas y demoraría máximo 3 días. En ambas opciones estaba contabilizada la acomodación más económica, que es dormir en hamacas en vez de cuartos con camarotes.

La información que teníamos de las rutas en sí hasta los puertos respectivos era muy poca. Se dice que el camino desde Brasilia hasta Belém es mucho más bonito que el a Porto Velho. A pesar de eso, en el último minuto decidimos ir a Porto Velho (100% de la decisión fue por tener más certeza respecto a las condiciones del barco). Así que esa mañana partimos rumbo a Barra do Garças, una pequeña ciudad a unos 490 km al este de Brasilia. El plan era viajar varios días seguidos un promedio de 400 km por día, hasta llegar a Porto Velho... y así fue. 



Llegamos casi de noche a Barra do Garças y encontramos un buen hotel detrás de una estación de servicio. Nos instalamos ahí y aprovechamos las instalaciones de la bomba para cenar también (casi todas las gasolineras tienen restaurantes además de tiendas en Brasil). A la mañana siguiente, salimos al calor exagerado a seguir andando con destino a Chapada dos Guimarães (cuyos alrededores eran realmente hermosos según pudimos averiguar en internet unos días antes). El camino era muy bonito, muchas plantaciones de choclo y algodón. Habían hartas nubes también y, unos 80 km antes de llegar a nuestro objetivo, se largó a llover con escándalo. Fue tan fuerte y tan rápido que nuestra experiencia nos indicó que debíamos detenernos. Así que dimos la vuelta y retornamos a la última ciudad que habíamos pasado para alojar ahí. Era Campo Verde, y encontramos un pequeño hotel con muy buena atención, aire acondicionado y lugar suficiente para colgar toda nuestra ropa que rápidamente se había empapado. Todo bien al fin y cabo. 


Como es sabido, en ciertas zonas de Brasil y también en todos los países de Centroamérica en general hay riesgo de contraer Malaria (enfermedad transmitida por los zancudos). Antes de emprender el viaje, consultamos a un doctor especialista en medicina internacional y nos recetó un medicamento preventivo para esta enfermedad (además de vacunas para la fiebre amarilla, las cuales recibimos antes de viajar). Por varios motivos, decidimos comprar la medicina en Brasil cercano a la "zona de riesgo", y en Brasilia comenzamos a preguntar en las farmacias. Al parecer, aquí la gente no se preocupa de la malaria hasta que la tienen y es muy difícil encontrar los remedios preventivos. 
La mañana que despertamos en Campo Verde, fuimos a la farmacia de la esquina para preguntar una vez más. No tenían Mefloquina (que es el medicamento que nos fue indicado) pero tenían Doxiciclina (un antibiótico que tiene otros usos pero también suele usarse en la profilaxis de la malaria). No la compramos, porque queríamos hallar el medicamento original y aún nos quedaban varias ciudades antes de llegar al Amazonas. 



Con nubes aún en el cielo, pero sin lluvia, seguimos nuestro camino... pasamos por la hermosa reserva nacional que planeábamos ver el día anterior y viajamos en total unos 450 km hasta la ciudad de Cáceres. Llegamos tipo 4 de la tarde, nos instalamos en un hotel no muy bueno pero el más barato que encontramos (no habían muchas opciones) y salimos a almorzar muertos de hambre. Una señora que vivía al frente del hotel lavaba ropa, así que le llevamos la nuestra (que estaba muy sucia) y nos cobró el precio ridículo de $2 reales por prenda ($550 pesos chilenos), realmente una estafa! Así que lavamos un poco de ropa interior a mano y la dejamos secando en la pieza... que terribles los precios en Brasil!

El cuarto día de viaje, llegamos a la ciudad de Comodoro. Encontramos un hotel muy pequeño, realmente era una casa que tenía piezas afuera. Los dueños de casa atendían y era todo super humilde, pero super limpio y agradable. El caballero nos cobró muy barato (el hotel más barato que encontramos en Brasil) y cuando nos vio indecisos nos ofreció una habitación más barata aún por no tener aire acondicionado! Tomamos la con aire, ya estábamos cansados de tanto viajar. Nunca habíamos viajado por más de 3 días seguidos... y aún nos faltaban 2 días más para llegar a Porto Velho. 


Continuamos la ruta al día siguiente, pasando a los pocos kilómetros por una hermosa reserva natural. Es impresionante la diferencia existente entre la reserva y el territorio privado. Poco después, pasamos la ciudad de Vilhena. Nos habían comentado que, desde esa ciudad en adelante, el camino empeoraba bastante debido al gran tránsito de camiones y que el pavimento estaba lleno de "buracos" (hoyos en portugués). Y tal como dijeron, era. 


Entre Vilhena y Ji Paraná (otra ciudad relativamente grande), el camino se hizo insoportable. No era pavimento con hoyos, sino más porcentaje de hoyos que pavimento... y eran extremadamente profundos, como si hubieran bombardeado el camino. En todo caso, con la moto es más fácil esquivar las imperfecciones del camino que con un auto. El problema eran los camiones, porque cuando se encontraba uno al frente de nosotros no podíamos visualizar el camino que venía, el camión haría un movimiento repentino para esquivar el hoyo y nosotros no alcanzaríamos a reaccionar. Así sucedió una vez y nos embutimos de nariz en uno que cabía la moto prácticamente entera, por suerte no se pinchó la rueda ni hubo complicaciones posteriores... pero se sintió fuerte! Después de eso, llegó la lluvia... muy mala combinación, ya que el agua empareja el camino y desaparecen las imperfecciones. Bueno, hubo que avanzar con harta paciencia y tranquilidad y llegando a Ji Paraná las cosas comenzaron a mejorar. La lluvia fue intermitente, como se caracteriza en estos lugares, y nos mojamos y secamos varias veces durante el trayecto. 


Ese día planeábamos dormir en Ji Paraná, pero buscamos hotel y no hallamos alguno que nos convenciera... así que decidimos andar unos kilómetros demás. Llegamos hasta una pequeña ciudad llamada Ouro Preto de Oeste, encontramos un hotel descente atrás de una estación de gasolina y nos instalamos ya de noche.

Nos quedaba el último día de viaje continuo, en el cual finalmente llegaríamos a la ciudad de Porto Velho. El camino estaba muchísimo mejor, habían muchos parches de reparaciones y se podía andar tranquilamente. 
Llegamos a la ciudad tipo 3pm y buscamos a "Papaleguas", un nuevo amigo. Gabriel, nuestro amigo venezolano, se había quedado con él en su casa y nos dio su contacto para que nos ayudara en Porto Velho. Papaleguas es su sobrenombre (y significa Corre-caminos), él es presidente en Porto Velho de un moto club llamado 100% Amazonia y de buena onda y por amor a los viajes en moto ha recibido hace muchos años a viajeros como nosotros en su casa. 
Nos recibió muy bien y nos dejó su casa a disposición mientras que él tuvo que volver a su trabajo. Fue muy agradable descansar esa tarde. La verdad es que la falta de costumbre de viajar tantos días seguidos nos agotó. 

Conocimos a los habitantes de su casa... su mamá, quien es un amor... su perrita Valentina, y su lora!!! Que criatura tan hermosa, nos enamoramos de ella al primer instante y toda nuestra estadía fue nuestra compañía constante. 



Esa noche mientras nuestro anfitrión trabajaba nos pasó a buscar Jack, de quien más tarde nos hicimos muy amigos, para llevarnos al local de "Mad Max", otro de sus amigos. Ahí conocimos a varios amigos más y todos nos recibieron muy bien. Nosotros nos estábamos muy acostumbrados a toda la onda motoquera y de los moto clubs... ya que en Chile esos factores son muy distintos a como son en Brasil. Nos sentimos muy a gusto desde un comienzo. Notamos que aquí los moto clubs y los "moto grupos" son agrupaciones de amigos unidos por intereses comunes, en vez de agrupaciones de gente para llamar la atención. (Si algún chileno miembro de moto club está leyendo esto y se siente ofendido, no es esa nuestra intención! No queremos generalizar... sólo que en nuestro círculo de influencia no hemos visto otra cosa). Conversamos hasta tarde en el local y cuando volvimos a la casa ya teníamos nuevos amigos. 

El día siguiente era lunes y también el único día a la semana en que Papaleguas no trabaja, así que nos pudo acompañar a hacer algunos trámites. Nuestra prioridad fue averiguar las condiciones de los barcos a Manaus, así que primero nos dirigimos al puerto. Al llegar allá nos encontramos con instalaciones mínimas, como ya nos imaginábamos que iba a ser. Conversamos con un conocido de nuestro amigo, quien al parecer era uno de los dueños del barco Almirante Moreira VIII. Logramos que nos hiciera rebaja en los precios... pero debíamos esperar hasta el día sábado para zarpar, ya que llegaría recién el viernes. Había otro barco que zarpaba el miércoles, pero no pudimos conseguir buen descuento para ese. Había que tomar otra decisión: irnos el miércoles para seguir avanzando luego, o esperar casi una semana y ahorrar en los pasajes. Suena más fácil de lo que fue, porque habíamos andado tantos kilómetros la semana anterior justamente para zarpar el miércoles. Sin embargo, pensando en nuestros gastos decidimos irnos el sábado. Entonces cerramos trato y dejamos pagado la mitad del valor negociado ($400 reales, US$200, en total para nosotros dos y la moto, bastante menos de lo que nos habían dicho). 


Saliendo del puerto, Papaleguas nos llevó a la feria a comprar las dos hamacas que necesitaríamos para el viaje. Escogimos las más baratas, ya que después del barco no las podríamos llevar con nosotros. Nos ocupamos de un par de cosas más y volvimos a la casa, donde su mamá nos estaba esperando con un rico almuerzo de carne con arroz y feijao, comida casera típica brasileña. ¡Qúe agrado! 
Luego a la noche volvimos a juntarnos con amigos, en el local recién inagurado de su amigo "Red Bull". Una vez más, buen ambiente y muy buena conversación.

A la mañana aprovechamos la tranquilidad y nos quedamos durmiendo hasta tarde... hacía muchos días que no habíamos podido. Luego me dediqué a actualizar cosas en el computador... subir fotos, actualizar este blog (lo cual es bastante demoroso y siempre permanece algo desactualizado por más que intento) y diseñar un sticker que nos representara en nuestro viaje. Hace rato que queríamos tener para publicitar un poco este blog y poder pegarlos en lugares del camino. Esta fue la mejor ocasión para crearlo, ya que todos nuestros nuevos amigos nos regalaron de sus motoclubes... y queríamos poder retribuirles. Nos gusta como quedaron, aquí les dejo una muestra:


Mientras tanto, Roberto trabajó en la moto. Desde siempre hemos estado con algunos problemillas eléctricos, ya que todo el cableado fue reemplazado por él al modificar el carenado. En esta ocasión, las luces estaban titilando mucho y no se permanecían encendidas fijas. Para evitar que los policías nos pararan a causa de esto, Roberto desarmó todo el sistema y lo ordenó. También aprovechó de hacer un cambio de aceite (más que merecido después de tantos kilómetros) y una limpieza general.


La mamá de Papaleguas me ayudó a encontrar el remedio preventivo para la malaria. Tal como nos dijeron en las ciudades anteriores, la mefloquina no se vende en farmacias (sólo la dan en los centros de salud a las personas que ya tienen la enfermedad). Fuimos juntas a varias farmacias a preguntar, e incluso me llevó a un centro de asistencia pública... pero no hubo caso. 
En Chile todos nos alertaron de cómo prevenir la malaria, y en Brasil mismo la prevención no existe. Uno pensaría que se preocuparían más pero no es así. Finalmente con Roberto decidimos comprar la alternativa, que se llama doxiciclina y es un antibiótico que se usa para otras cosas, teniendo como efecto secundario la profilaxis de la malaria. Ningún medicamento es un 100% eficaz, pero pensamos que esto sería mejor que nada. Además de todo, compramos mucho repelente de insectos y decidimos que usaríamos ropa larga en lugares con muchos insectos. 

Los demás día fueron muy tranquilos... descansamos bastante y esperamos que llegara el barco. Lavamos mucha ropa, incluyendo nuestros trajes de moto completos (por primera vez en todo el viaje). Paseamos un poco por el centro, el cual está colapsado en comercio... pero no conocimos mucho la ciudad. El último día tuvimos que reordenar todas nuestras pertenencias para lograr que nuestros trajes de moto -incluyendo botas- entraran en los bolsos, para subir al barco y tener menos cosas de las cuales preocuparnos. Mágicamente pudimos.

Sólo por coincidencia, nuestra última noche en Porto Velho hubo un gran asado y reunión de todos los motoclubes en el local de Red Bull, quien nos había invitado el día que lo conocimos. Estuvo muy bueno, nunca habíamos estado en una reunión de ese tipo y lo pasamos increiblemente bien conversando con la gente. Se pasaron de buena onda. Nos dio mucha pena justo tener que irnos al día siguiente... pero así es la vida de los viajeros! 



En Porto Velho conocimos gente maravillosa, gente que ahora consideramos amigos. Con certeza los volveremos a ver... en Brasil, en alguna ruta, o en Chile cuando nos visiten! Gracias amigos, por hacernos parte de ustedes.

7 comentarios:

  1. Felicitaciones a ustedes ...realmente un viaje muy hermoso los voy siguiendo por donde van lo mismo que hago con ARTURO Y MARIA JOSE cuando viajan ,es conocer a traves de vuestros ojos ..el relato recien leído muy explicativo..me encanto ..sigan adelante sin problemas y ya queda menos para estar en MEXICO con la familia...besitos y éxito.

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    1. Muchas gracias por tus palabras! Nos alegramos de que personas como tú nos sigan y se entretengan con nuestros relatos, pero más allá de que conozcan a través de nuestros ojos, lo ideal sería motivarlos también a viajar... porque sí se puede! Siempre se puede hacer algo por cumplir un sueño ;)
      No está tu nombre... amigo mexicano?

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  2. hola, como estan? tenemos pensado hacer un viaje en una camioneta 4x4 desde caracas a manaus y de ahi a argentina!! el tema es que no sabemos que ruta tomar, pensamos hacia porto velho en barco ( ya que es imposible por ruta) el tema es saber el estado de las rutas (desde porto velho hasta caceres por ejemplo)!! la otra opcion es ir a belem y luego bajar por goias, es decir por el centro de brasil!! que nos recomendarian, que tramo en extencion es peor para realizarlo en vehiculo!! muchas y gracias y felicitaciones por la experiencia!!

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    1. Hola!!! que bueno que llegaron a nuestro blog. Desde Caracas a Manaus es todo fácil y asfaltado. Desde Manaus a Porto Velho tienes 2 opciones: por el rio en un bote (no se como funcionará para vehiculos 4x4 ya que no son muy grandes las embarcaciones, pero hay algunos barcos mas grandes que hacen esa ruta. Puedo darte un contacto en Porto Velho que puede saber mas sobre el tema), o puedes probar suerte por la carretera sin asfaltar que une Manaus con Porto Velho... que tiene fama de ser MUY mala, pero que amigos motociclistas la recorren frecuentemente y sé que uno de ellos la hizo hace poco en un Ford Ecosport sin traccion en las 4 ruedas, solamente tienes que saber en que época del año es posible hacerlo, hay que llevar mucho combustible y agua para 3 o 4 dias de camino sin donde conseguir provisiones. El camino entre Porto Velho y Cáceres es asfaltado con muchos agujeros pero totalmente realizable si vas atento al camino, nosotros lo hicimos en la moto sin problemas, solo bastante lluvia!. Tengo entendido que para ir desde Manaus a Belén la unica manera es por barco tambien. desde Belén hacia el resto del pais los caminos están en buen estado. Si necesitas mas información no dudes en enviarme un mail a zaplaje@hotmail.com . Un Abrazo!

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  3. Hola, pretendo hacer un viaje similar de Rio de Janeiro a Brasilia y de ahí a Belém. Tenés idea ( xq habrás averiguado ) cómo es esa ruta y las distancias entre pueblos para re abastecer la moto.A La vuelta vendré por la orla atlántica que hasta Salvador ya conozco bien,dado que la he hecho dos veces. Iremos de dos motos no muy grandes, pero suficientes creo yo para el trayecto ( Cbr 300 y 500 )
    Por lo que leí en varios ruteros , es necesario el parabrisas. ( Nunca lo usé )Y los trayectos que pretendo hacer es de tramos de 800 km o adaptados a las ciudades que quiero ir.

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    1. Hola! Toda la ruta que quieres hacer es muy normal, no tendrás problema de abastecimiento, hay ciudades y pueblos donde encontrarás de todo. El parabrisas ayuda pero no es 100% necesario. De todas maneras puedes consultar en algún mapa de Brasil las distancias entre pueblos. Saludos y suerte!

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    2. Hola! Toda la ruta que quieres hacer es muy normal, no tendrás problema de abastecimiento, hay ciudades y pueblos donde encontrarás de todo. El parabrisas ayuda pero no es 100% necesario. De todas maneras puedes consultar en algún mapa de Brasil las distancias entre pueblos. Saludos y suerte!

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