domingo, 23 de diciembre de 2012

Grandes hitos, camino a Las Vegas!


Al irnos del Gran Cañón, nos desviamos un poco hacia el sureste para recorrer una ruta señalada en el mapa como panorámica. Resultó ser un hermoso camino de bosque. Al terminar ese camino, cruzamos nuevamente la ciudad de Flaggstaff para dirigimos hacia una de las carreteras más míticas que hay: la Ruta 66. 


Esta conocida carretera estadounidense alguna vez fue la más importante del país, uniéndolo entre Chicago y Los Ángeles (atravesando el país). Fue llamada "la calle principal de América" y también "la carretera madre". Además de conectar el país esta carretera fue muy importante para sostener la economía de los sectores que cruzaba, debido al gran nivel de turismo que traía. Fue una pena que poco a poco fuera eliminándose al crearse la red de carreteras interestatales en 1985. A algunos de ustedes esto les puede sonar conocido ya que la película "Cars" fue basada en esta ruta.

Nosotros queríamos conocerla y fue todo un desafío ya que está totalmente segmentada... pero logramos encontrar el trayecto contínuo más largo que aún existe y recorrerlo. Esto es aproximadamente desde Flagstaff en Arizona hasta el Hoover Dam en Nevada. Aún hay otros sectores de la Ruta por los cuales se puede andar, pero son trayectos más cortos. Para nosotros viajar por la ruta 66 fue bien especial, se nota que alguna vez fue muy importante y ahora está muy abandonada. Estuvimos en zonas muy rurales, pasando por pueblos pequeños que hoy en día se sostienen principalmente sólo por la venta de souvenirs y cosas relacionadas a la ruta 66. Toda la zona es muy hermosa. Disfrutamos mucho del momento y hubiera sido perfecto, sino nos hubiera tocado tanto viento.









Nos tomó casi todo el día hacer esa ruta, pero fue muy entretenido. Justo cuando llegamos a la frontera con el estado de Nevada, comenzó a ponerse de noche y llegamos a otro hito importante del sector: el Hoover Dam. Esta grandiosa represa sobre el Río Colorado fue construida en la época de la Gran Depresión, en la década de los '30. Es una imponente estructura que nos dejó boquiabiertos al instante. Originalmente la carretera la cruzaba, por lo que todo vehículo que pasara por ahí debía pasar por la represa. Pero hace algunos años se construyó un "bypass" y ya no es necesario pasar por la represa misma, sino que se cruza sobre un tremendo y altísimo puente (otra megaestructura en mi opinión) pero aún se puede optar por pasar por la carretera original y así lo hicimos nosotros. Lamentablemente, debido a que llegamos de noche, no nos permitieron bajar a los miradores... pero aún así pudimos apreciar la magnificencia de esta tremenda obra ingenieril y nos encantó!



Debíamos apresurarnos, ya que se estaba haciendo muy tarde... así que nos fuimos de ahí y seguimos camino. Un poco menos de una hora más tarde llegamos a la fantabulosa e iluminada ciudad de Las Vegas! En cosa de instantes, nos maravillamos con tanta exposición de luces, colores, y letreros de neón. 

Lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia nuestro hotel (teníamos una reserva, cosa muy poco común en nuestro viaje). Unos días antes Roberto buscó uno bueno y barato por internet, y así llegamos al Hotel "The D". Resulta que es fácil alojar en Las Vegas por no tanto dinero... ya que el negocio principal de los hoteles es hacer que juegues en su casino (así que ofreciendo habitaciones económicas tienen más clientes que apuestan). Nosotros no apostamos (no teníamos dinero de más y la verdad es que tampoco nos llamaba la atención hacerlo), pero nos encantó quedarnos en un hotel de tan buen nivel por tan poco! 



Tan pronto nos instalamos, salimos a pasear y buscar algo de comer. Tanto movimiento en las calles no podía ser pasado por desapercibido y quisimos ir a ser parte de esa locura por un rato. El hotel quedaba el barrio Downtown, que solía ser el más característico de la ciudad. Se hace llamar "Fremont", debido a que esa es su calle principal. Por muchos años este barrio se desgastó y prácticamente se cerró, pero hace poco lo rehabilitaron e hicieron de todo tipo de arreglos para que reviviera. Ahora es una calle cubierta con un maravilloso techo de tecnología led, con imágenes y videos que cambian casi al ritmo de la música del entorno. En este mismo paseo están todos los más típicos carteles de neón y los hoteles y casinos más antiguos de la ciudad. 



Aunque no goces de apostar, este es un paseo muy entretenido para observar todo tipo de personajes, disfrutar de buena música en vivo (vimos 3 escenarios, cada uno con su show), bailar y/o gritar, vestirte como se te de la gana, comer, comprar souvenirs, o incluso tirarte en canopy sobre todo el caos de la ciudad. Y claramente, si tienes ganas de apostar existe una inmensa oferta de casinos para todos los gustos.





Después de tan largo día, claramente estábamos exhaustos... así que después de absorber un poco de tanta energía, nos volvimos al hotel a dormir. En Las Vegas suele hacer mucho calor... y ese día la embarró! Así que nos quedamos hasta tarde en el hotel, escapando del clima. Aún así, decidimos salir a caminar como a la hora de almuerzo e inmediatamente sentimos la humedad y el calor extremo.

Comenzamos el paseo yendo en busca del negocio "Gold & Silver Pawn Shop", que quizás conozcas del programa de TV "Pawn Stars" (El Precio de la Historia) del canal History Channel. Encontramos que el transporte público era súper caro, así que decidimos ir caminando ya que parecíamos estar cerca de ahí. Eso fue un gran error!!! Llegamos al local casi desmayados del calor! Pero bueno, de pasada aprovechamos de conocer un poco la ciudad. Pasamos por varias de las típicas capillas de matrimonio de Las Vegas, muchas otras tiendas pequeñas de empeño, y locales de "caballeros".




La tienda se ve tal cual se muestra en la televisión pero, al entrar, nos desilusionó bastante ya que estaba repleta de turistas y los protagonistas del programa no están ahí para atender, ni los productos de valor están en las vitrinas. A pesar de eso fue entretenido estar ahí y sentirse dentro del programa que tantas veces hemos visto.




Después de eso, caminamos de regreso hacia nuestro hotel y pasamos al "museo del neón", lo que es simplemente la continuación de la calle Fremont. Ahí están expuestos los carteles de neón antiguos que fueron descartados por casinos antiguos. La verdad es que me gustaron esos mucho más que los que hay ahora fuera de los casinos. De ahí decidimos retornar el hotel porque realmente estábamos sufriendo al pasear con tanto calor. 



Como les conté más arriba, Fremont fue el barrio top de casinos por mucho tiempo pero después decayó. Hace muchos años existe un nuevo inmenso barrio principal, que se hace llamar "Las Vegas Strip". Aquí se construyeron los más extravagantes hoteles y casinos que te puedas imaginar. Todo está sobre la calle Las Vegas Boulevard y conforma más de 6km. de entretención. 

Después de descansar un par de horas y refrescarnos en el hotel, decidimos salir caminando una vez más, ahora hasta el famoso Strip. De nuevo no calculamos bien las distancias y resultó en que caminamos de manera excesiva ese día. Lo bueno fue que después de que bajó el sol, también bajó un poco la temperatura. Caminamos mucho, a veces por barrios de mala apariencia, pasando por más capillas, moteles, y Elvis's jajaja.




Finalmente llegamos al inicio del Strip y nos impresionamos con el primer magno-hotel-casino del conjunto: el Stratosphere. Es simplemente impresionante.


Lo siguió el Circus-Circus, el cual nos entretuvo tanto que se nos pasó el tiempo volando mientras jugamos como niños, tratando de ganar peluches y premios. Las instalaciones del lugar son increíbles e impensables! Imagínate que en su interior (además del casino y hotel) hay toda una feria de entretenciones, incluyendo juegos y shows de circo, un carrusel, y montañas rusas y juegos de parques de diversiones! Quizás seamos atípicos, pero en toda nuestra estadía en Las Vegas habremos gastado unos $7.000 pesos chilenos en juegos, de los cuales unos $5.000 fueron en estos juegos!





La verdad es que nos hubiéramos quedado ahí toda la noche porque lo estábamos disfrutando mucho, pero nos íbamos al día siguiente. Así que salimos de ahí y seguimos caminando. Pasamos por tantos casino-hoteles que perdí la cuenta y cada uno era más extravagante, mágico y loco que el anterior! Describirles cada uno sería eterno, así que mejor aquí les dejo una secuencia de fotos para que se hagan una idea:







En resumen caminamos desde las 7pm hasta las 2am... recorrimos desde Fremont hasta el Strip, de punta a punta. Nos agotamos y nos entretuvimos como nunca. Entramos a algunos casinos, jugamos en un par de tira-monedas, vimos mucha arquitectura extravagante y mucha gente extravagante... vimos la esencia de "La Ciudad del Pecado", una ciudad muy entretenida para ser turista.


La mañana siguiente nos costó muchísimo levantarnos pero aún así montamos todo en la moto y una vez más, bajo el calor de Nevada, seguimos nuestro camino. Al poco andar sentimos fatiga y la necesidad de parar a hidratarnos y nos detuvimos en una estación de gasolina. Ahí, mientras Roberto llenaba el estanque, se nos acercó una pareja de chilenos que vivían en el sector de Los Angeles - California (nuestro próximo destino). Se asombraron al ver nuestra placa patente Chilena y conversamos con ellos unos minutos en la sombra. Lamentablemente no los volvimos a ver, pero nos alegraron el momento!



Volvimos a montar la moto y seguir camino por el desierto. Ese día nos detuvimos varias veces para hidratarnos! Sé que lo he repetido mucho en este escrito, pero es que el calor del momento fue realmente insoportable!! Y bueno, el agua siempre ayuda!!! jajaja.

 

Esa tarde llegaríamos a la gran ciudad de Los Angeles... ciudad casi costera, y mucho menos calurosa. De ahí les cuento como nos fue! 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Welcome to U.S.A.!


Disculpándome una vez más por lo tardío de estos escritos... les cuento que ya nos queda tan sólo un poco más de un mes antes de regresar a nuestro país. Llevamos alrededor de 4 meses en Estados Unidos, y ahora intentaremos actualizar este blog al máximo antes de que el viaje concluya! 

Para comenzar a retomar esto les cuento que después de mucho ansiarlo, el día 27 de Julio, finalmente llegamos a la frontera con Estados Unidos. Para quienes no lo saben, yo nací y viví hasta mis 10 años de edad en este país y las cosas de la vida no me habían permitido regresar... hasta ahora.

Hasta ese momento, el día había sido muy largo y bastante cansador, y la verdad es que no habíamos tomado el camino más directo ni el más obvio. La frontera de Nogales, que si nos quedaba bastante más cerca, es conocida por ser la más transitada del sector y por ende la más congestionada. Esto quería decir que sería probable tener que permanecer en fila por hasta 2 horas (los trámites se hacen desde el vehículo así que la mayoría de las personas esperan dentro de sus autos y con aire acondicionado, pero nosotros sobre la moto y vestidos con nuestros trajes simplemente nos habríamos calcinado del calor), además al ser tan transitado pensamos que podrían dificultar más la entrada de Roberto al país. Él obtuvo la visa de turista y ambos tenemos todos nuestros papeles en órden, pero aún así preferimos evitar complicaciones. Debido a esto, optamos por tomar una ruta un poco más larga que nos llevaba a la frontera de Agua Prieta (una frontera mucho más pequeña y tranquila). 

Al encontrarnos con el muro limítrofe (que mencioné al final del capítulo anterior) nos impresionamos bastante porque se sintió frío y antipersonal pero, de algún modo, lo comprendimos porque siempre han habido problemas de inmigración a EEUU y sobretodo desde México... pero aún así fue extraño.


Como en todas las fronteras, primero debíamos hacer los trámites de salida de México y luego los de ingreso a Estados Unidos. Pero llegamos a la fila vehicular y sin darnos cuenta ni entender nada, estábamos ingresando a EEUU! Debimos explicarle al oficial que nos atendió que no habíamos "salido" de México y nos autorizó a dar vuelta en U y regresar para hacer los trámites. En teoría uno podría salir no más de un país sin tramitarlo ya que no es tan importante en realidad... pero como nosotros habíamos ingresado un vehículo y habíamos pagado una "garantía de salida" de unos considerables $200USD por la moto, debíamos hacer los trámites correctamente. Así que volvimos a la oficina de migración mexicana y felizmente nos dieron los comprobantes de salida, los cuales garantizaban que en máximo 48 horas el dinero sería devuelto a la tarjeta de crédito (lo cual si se cumplió).


Finalmente después de eso pudimos ingresar definitivamente a Estados Unidos. Ahora si pude disfrutar del momento... ver las banderas flameantes y el hermoso atardecer que estaba recién asomándose. Hacer el ingreso como tal al país fue sorprendentemente simple, claramente yo sólo debí mostrar mi pasaporte (tengo doble nacionalidad) y Roberto su pasaporte con la visa estadounidense anexada. Le estamparon el pasaporte y nos dijeron que éramos libres de avanzar. Nos pareció demasiado simple y a Roberto se le ocurrió preguntar si no necesitábamos hacer más trámite, a lo que le respondieron que debía preguntar adentro de la oficina porque tal vez si debía! Resultó que en la oficina lo interrogaron y tuvo que pagar sólo unos $6USD para un permiso de turista (debido a que andaríamos recorriendo el país por harto rato). Después preguntamos dónde debíamos hacer el registro del ingreso de la moto... y no había que hacer nada! Ni siquiera nos revisaron el equipaje!! Fue extrañísimo, muy simple, y nos alegramos mucho por finalmente estar en este país tan esperado y tan diferente a todos los anteriores en los que habíamos estado.


Se nos había hecho tarde y cuando comenzamos a interiorizarnos al país ya estaba atardeciendo. Los colores eran maravillosos mientras cruzamos la carretera en pleno desierto del estado de Arizona. Al poco andar, ingresamos por primera vez a una carretera interestatal gringa. Se sintió un cambio gigante comparándola con la sufrida experiencia del día anterior (cuando por error habíamos andado en un pésimo camino de tierra por el desierto de Sonora en México). Muy pronto se nos hizo de noche. Generalmente evitamos andar a oscuras, pero ese día definitivamente queríamos llegar a la ciudad de Tucson -donde nos estaba esperando un amigo para recibirnos. Pasamos por varios pueblos pequeños en el camino, lugares que se sentían muy típicos del "viejo oeste" en los que sólo faltaba encontrarnos con unos cowboys o plantas rodantes cruzando el camino. Buscamos un teléfono público para avisarle a nuestro amigo que íbamos a llegar bastante más tarde de lo pensado, pero en cada pueblo había ocurrido algo y no había. Finalmente logramos comunicarnos con él alrededor de las 9pm y nos faltaba más de una hora de camino. La ciudad de Tucson es bastante grande, pero a la vez muy ordenada y nos fue bastante simple encontrar la dirección en la cual nos quedaríamos. Después de un muy largo día y de mucho andar, llegamos fuera de la casa de nuestro amigo a las 10:30pm y todas las luces estaban apagadas. Con miedo de habernos equivocado de casa, tocamos el timbre... y en instantes Pablo (chileno e hijo de una de las mejores amigas de mi mamá) nos abrió la puerta con mucha alegría. Nos explicó que él y su novia debían despertar muy temprano al día siguiente, por lo que se habían ido a dormir, pero que nosotros nos acomodáramos y nos sintiéramos en casa. Qué pena llegar tan tarde! Pero así son las cosas de viaje. Nos pasaron una habitación muy cómoda y dormimos extremadamente bien. 

A la mañana siguiente dejamos la moto descansando porque la cadena estaba muy suelta y la debíamos cambiar por una nueva que Roberto había comprado en línea y debía llegar luego a la casa de nuestros amigos. Tomamos prestada la camioneta de Pablo y fuimos a un diner a comer nuestro primer gran desayuno gringo! (consistiendo en huevos, papas, pan y tocino... lo típico).


Hacía muchísimo calor, como suele hacer en Arizona. Llegamos en pleno verano a una de las zonas más calurosas de Estados Unidos y aquí comenzamos a notar la gran dependencia de toda la gente hacia el aire acondicionado y a los autos para absolutamente cada trámite. En esta ciudad prácticamente no hay veredas, ya que en general nadie camina y la ciudad está muy esparcida, todo tiene mucho espacio y está muy alejado entre sí. Volvimos a la casa y nos quedamos ahí todo el día, poniéndonos al día con internet y recuperando nuestros cuerpos cansados. En la tarde Pablo y su novia Danielle nos llevaron de paseo. Fuimos a Mount Lemmon, un hermoso lugar muy cerca de la ciudad, he hicimos un pequeño picnic.





Al día siguiente fuimos todos juntos a tomar "brunch", que es muy típico y significa una comida que une el desayuno con el almuerzo (breakfast+lunch). Y luego salimos a recorrer un poco el centro de la ciudad. 



Había llegado ya la cadena de la moto por encomienda a la casa de Pablo, junto a otras piezas que debíamos cambiar pronto (el piñón y la catalina) y además un nuevo espejo! Para finalmente reponer el que nos había sido robado en Venezuela. Roberto comenzó a trabajar en la moto, para hacer un cambio completo de la transmisión final (cadena, catalina, y piñón) ya que todas esas piezas ya estaban bastante desgastadas. Ahí notó que la tuerca del piñón estaba demasiado apretada y además de una medida para la cual no teníamos la herramienta correcta con nosotros. Decidimos ir al día siguiente a comprar un dado de ese tamaño. Era domingo, así que no todo estaría abierto pero nos habían dicho que la tienda Sears podría tener y definitivamente estaría abierto. Supuestamente estaba muy cerca de la casa y llegaríamos caminando en unos 10 minutos. No fue así, ya que el calor se nos hizo imposible y la situación que describí anteriormente de las pocas veredas y la ciudad poco amigable con el peatón nos demoró más aún. Llegamos practicamente deshidratados al mall donde se encuentra el Sears. Al ingresar nos sentimos increíble porque obviamente había aire acondicionado y no quisimos salir más de ahí! Nuestra ida al mall fue muy provechosa ya que ahí,además de encontrar la herramienta que necesitábamos, pudimos adquirir 2 chips de AT&T para nuestros celulares y así tener números propios para hacer llamadas en este país (ya que pretendimos permanecer por varios meses). 


Al parecer en Tucson es algo común que todas las tardes de verano se largue a llover. Así fue prácticamente todos los días que nosotros permanecimos ahí. Protegido del agua bajo la cubierta del estacionamiento, Roberto trabajó muchísimo para soltar la endemoniada tuerca pero no se pudo ya que hacía falta algo firme para hacer palanca y así tener mayor fuerza. De todos modos, procedió a hacer el cambio de cadena y catalina para que pudiéramos hacer uso de la moto.


Al día siguiente aprovechamos que por fin podíamos sacar la moto y nos fuimos por el día al pueblo de Tombstone -un típico pueblo turístico del viejo oeste- que queda a un poco más de 100km de Tucson. El camino fue el mismo que habíamos tomado al ingresar a Estados Unidos unos días antes, pero al recorrerlo de noche no lo habíamos podido disfrutar. Es un camino desértico, con lindos paisajes y pequeños pueblos cada cierto tiempo que llaman la atención por su carácter de vaqueros. Al llegar a Tombstone se nota muchísimo que el pueblo se sustenta al 100% por su turismo. Alguna vez en el pasado fue realmente una ciudad del oeste, con sus cantinas y peleas... pero lo que queda son restauraciones de las edificaciones antiguas, con todo tipo de local turístico y atracciones. Fuimos a un mini teatro donde hacen muestras de "balaceras" típicas entre un vaquero malo y el Sheriff. Es bastante entretenido, y fue un paseo muy divertido y especial para ser uno de los primeros que hiciéramos dentro de este país.





Esa tarde fuimos al Pima Air & Space Museum, que está dentro de la ciudad de Tucson y es uno de los más grandes del mundo. Debido a que llegamos sólo una hora antes de que cerrara, nos dejaron entrar a mitad de precio. El museo consta de más de 300 aeronaves en unos 320.000 m2, así que imagínense lo gigante que es! La gran mayoría de la muestra es al aire libre y también hay mucho que se puede ver dentro de diferentes galpones, pero está todo súper lejos entre sí así que diría no alcanzamos a ver ni la mitad de las muestras. Recomendamos totalmente ir a visitar este museo si es que andan por la zona, ya que no se aburrirán!







Éste fue nuestro último día en Tucson. Al día siguiente nos despertamos temprano y continuamos nuestro viaje. Nos despedimos rápidamente de Pablo y Danielle, ya que ambos debían trabajar. Estamos muy agradecidos de ellos por abrirnos las puertas de su casa y permitirnos sentir en casa por unos días, con perro y todo! 


La mañana siguiente retomamos nuestro viaje, con destino al famoso Gran Cañón! Nos despedimos de la ciudad de Tucson y nos interiorizamos al desierto de Arizona. 



Algunas horas después, llegamos a la ciudad de Phoenix (la capital del estado de Arizona) y una de las más grandes del país. Fue tanto el calor que hacía y tanto viento caliente, que sobre la moto literalmente sentimos que un gigante secador de cabello nos soplaba directamente a la cara. Creo que ha sido uno de los lugares en los que hemos sentido más calor. Tuvimos que detenernos varias veces para beber algo. Al almorzar, nos detuvimos en un Denny's -cadena de comida, tipo diner que hay en todo el país. Fue la primera vez que comimos ahí, y le agarramos un cariño especial desde ese momento ya que tenía comida muy rica y a precios muy convenientes (opciones desde tan sólo $2USD).




Seguimos atravesando el desierto, hasta encontrarnos repentinamente con unas bellas formaciones rocosas de tonos rojos en las cercanías a la ciudad de Sedona. Casi al mismo instante, nos encontramos de frente con unas tremendas nubes grises cargadas de lluvia haciendo aún más dramático el paisaje... realmente hermoso.



Pensamos que habíamos logrado hacer el quite a la lluvia, pero a los pocos kilómetros entramos directamente a la tormenta y no pudimos evitarlo. Tratamos de luchar contra el frío y el agua... pero decidimos que no sería buena idea llegar al parque nacional del Gran Cañón a acampar completamente mojados. Así que comenzamos a buscar un lugar para quedarnos esa noche. Todos los moteles del sector eran extremadamente caros así que aguantamos un poco más y llegamos hasta la ciudad de Flaggstaff, donde encontramos un motel más acorde a nuestro presupuesto. Nos refugiamos en ese lugar y desarmamos todo nuestro equipaje, para secarlo. A la mañana siguiente el tiempo estaba mucho mejor y seguimos camino. Pudimos conocer un poco de Flaggstaff y nos gustó bastante. Es una pequeña ciudad muy diferente a todas las demás del sector. Está al medio del desierto, pero cerca de las montañas y tiene un poco de todo... incluso mucho verde. 


Un poco antes de ingresar al parque del Gran Cañón, nos encontramos con un monumento nacional llamado Sunset Crater Volcano e ingresamos de puro curiosos. No pudimos ver el cráter en sí pero el bosque que lo rodea, que es hermoso. En este lugar aprovechamos de adquirir una tarjeta para los parques nacionales de Estados Unidos. Esta tarjeta cuesta $80 USD y sirve para ingresar a todos los parques nacionales del país, durante todo un año... cuantas veces quieras. Debido a que cada parque cobra mínimo $20 USD para ingresar con moto, estábamos seguros que sería una buena inversión ya que planeamos ir a muchos más que 4 parques durante nuestra permanencia en el país. 

Al salir del bosque, volvimos atravesar el desierto camino al gran cañón y vimos paisajes hermosos... notándose cada vez más nuestra cercanía a tan importante hito.






Finalmente llegamos al acceso este del parque nacional del Gran Cañón. En un comienzo se ve muy poco del cañón en sí, luego se ingresa a un bosque de pinos. Nosotros estábamos en busca de un lugar para acampar, así que nos dirigimos directamente a un camping que está cerca de ese acceso. El lugar tenía unos espacios disponibles pero no nos agradó mucho como para quedarnos ahí, ya que era un camping muy urbanizado y con los sitios muy cerca entre sí. Según el mapa, había otro camping cerca del acceso sur del parque... así que decidimos continuar andando y ver la opción de quedarnos en ese otro lugar. Pasamos por algunas vistas rápidas del cañón y ya nos comenzó a asombrar su magnitud y belleza. 



Llegamos al camping en el cual pretendíamos quedarnos y nos encontramos con un cartel indicando que estaba lleno. Pedimos un poco de ayuda y nos enteramos de otro camping que estaba relativamente cerca, pero que se encontraba fuera de los límites del parque. Nos demoramos alrededor de 15 minutos en llegar desde el pueblo dentro del parque hasta el camping en el cual decidimos quedarnos... y era realmente hermoso. Fue una muy buena decisión, ya que es mucho más tranquilo y menos congestionado de gente y es incluso más cerca de las vistas del parque que el primer camping que vimos en su interior. 


Debido a que nos demoramos mucho en instalarnos, se nos había hecho muy tarde para ir a conocer el parque ese día... así que lo dejamos para la mañana siguiente. Tuvimos sólo un día para recorrer todo el parque y se nos simplificó gracias al sistema de buses gratuitos que tiene, eso si que se llenan muchísimo.


En el único día que tuvimos para recorrer el parque vimos practicamente todo lo que se puede ver desde su borde sur (también se pueden hacer paseos en burro, bicicleta o a pie al fondo del cañón, pero nosotros no bajamos). La inmensidad y belleza de lo que verán en las fotos siguientes ni se acerca a lo maravilloso que es este lugar en persona! 





Increíble, verdad? Paseamos hasta que oscureció y regresamos al camping a cocinar y disfrutar de las estrellas y la quietud. Al día siguiente nos fuimos del camping y entramos una última vez al parque para sacar unas últimas fotos antes de irnos definitivamente. Qué lugar tan hermoso!!!





Es definitivamente un lugar al que valdría la pena volver, pero en ese momento era hora de seguir camino por la mítica Ruta 66 hacia la Fabulosa Las Vegas! Nos vemos en el próximo reporte!