A penas salimos camino a Brasil, el paisaje en las carreteras cambió. Fue un agrado el camino a seguir, todo muy verde con muchas palmeras y nuevos animales también. Con mucho asombro, muy poco después de cruzar la frontera (en la cual los trámites de aduana fueron sorpresivamente sencillos), nos encontramos con muchos Carpinchos -según Uruguay- o Capibaras -como se llaman en Brasil. Son animales muy lindos! Nunca habíamos visto uno, y ahí vivían muchísimos en una reserva natural. Para los que no los conocen, aquí se los presento:
Luego de muchos kilómetros y muchas horas andadas ese día, llegamos a la ciudad de Río Grande, que al parecer, es muy grande. Nos costó muchísimo ubicarnos por lo que paramos en una estación de servicio para pedir direcciones, y esto es lo que vimos al bajarnos de la moto:
Bienvenidos a Brasil! jajaja
Ninguno de los 2 hablamos portugués, Roberto entiende un poco más que yo pero aún así no es mucho... Así que luego de entender a medias las instrucciones que nos dieron en portugués para llegar al hostel que buscábamos, seguimos nuestro camino.
Cuando lo encontramos, estaba totalmente ocupado... y así nos pasó en 3 ocasiones más. De alguna manera llegamos a otro hotel que si tenía disponibilidad pero era muy caro, sin embargo el recepcionista tenía muy buena disposición y nos indicó uno más barato y muy cerca. Finalmente, ese nos sirvió!
Eran las 7pm más o menos, pero ya estaba de noche. Salimos a comprar unas cositas para comer y volvimos a descansar a la habitación. El hotel era muy antiguo y bonito y nos sentimos por fin a gusto en la primera ciudad que conocimos de un nuevo gran país.
A la mañana siguiente seguimos nuestro camino. El horario de check-out en los hoteles brasileños suele ser hasta las 12 del día, así que es un agrado no tener que apresurarse al empacar. Nuestra siguiente parada fue Porto Alegre.
Apenas llegamos, nos dirigimos al centro de informaciones turísticas de la ciudad y dimos con un hotel más barato que el promedio de ahí, pero no barato realmente. Todos los lugares estaban llenos porque habría un concierto de Roger Waters (Pink Floyd) al día siguiente. El hotel estaba bastante bien y pudimos aprovechar de lavar ropa a mano y colgarla en el balcón.
Esa noche paseamos un poco, buscando donde cenar y nos encontramos con un barrio muy lujoso llamado Moinhos da Vento (donde no cenamos ya que era como un barrio El Golf de Santiago), muy lindo pero demasiado "sofisticado" para nosotros en ese momento... sin embargo, a algunas cuadras encontramos un local más adecuado.
La ciudad es un poco extraña, esta compuesta de calles con muchas subidas y bajadas muy pronunciadas y además los sentidos de tránsito están muy mal diseñados, por lo que llegar de un lugar a otro es muy complicado para el turista en vehículo.
El día siguiente paseamos en moto para conocer el centro de la ciudad. Recorrimos harto. No le encontramos el encanto al principio, pero justo estaba comenzando su semana de aniversario, por lo que pudimos apreciar un concierto de una orquesta al aire libre. Fue novedoso escuchar música brasileña orquestral. De ahí las cosas mejoraron, recorrimos un parque muy lleno de gente muy diversa y observamos una pareja curada o drogada meterse a una gran fuente de agua sucia para llamar la atención. También nos encontramos con una feria de antigüedades y puestos de comida, donde nos tomamos un "suco de abacaxi" (jugo natural de piña). Los jugos naturales en Brasil son otra cosa!
La ciudad es un poco extraña, esta compuesta de calles con muchas subidas y bajadas muy pronunciadas y además los sentidos de tránsito están muy mal diseñados, por lo que llegar de un lugar a otro es muy complicado para el turista en vehículo.
El día siguiente paseamos en moto para conocer el centro de la ciudad. Recorrimos harto. No le encontramos el encanto al principio, pero justo estaba comenzando su semana de aniversario, por lo que pudimos apreciar un concierto de una orquesta al aire libre. Fue novedoso escuchar música brasileña orquestral. De ahí las cosas mejoraron, recorrimos un parque muy lleno de gente muy diversa y observamos una pareja curada o drogada meterse a una gran fuente de agua sucia para llamar la atención. También nos encontramos con una feria de antigüedades y puestos de comida, donde nos tomamos un "suco de abacaxi" (jugo natural de piña). Los jugos naturales en Brasil son otra cosa!
A la mañana siguiente, luego de tomar desayuno en el hotel, empacar y comprar aceite para el motor (para hacerle cambio de aceite), seguimos el viaje hasta Florianópolis.
Florianópolis nos gustó desde un comienzo. La ciudad es muy linda. Nosotros llegamos a la hora punta, así que nos tocó mucho tráfico y para llegar al camping que buscábamos había que atravesar toda la ciudad, cruzar un puente y andar unos kilómetros más del otro lado.
El sector donde nos quedamos se llama Lagoa da Conceição y se veía muy bonito, con un puente de tierra que divide el lago en dos partes. Cuando llegamos al camping ya estaba oscuro y nos conformamos con cualquier sitio, ya que había poca visibilidad (en su website, las fotos mostraban sitios con mucho pasto y la realidad era otra -resultó ser un camping más bien de casas rodantes- con mucho estacionamiento y poco sitio para la carpa). De todos modos, desempacamos y armamos nuestro campamento, para luego salir a cenar por ahí cerca. Estaba repleto de restaurantes fuera de nuestro alcance, pero encontramos un local que vendía comida más sencilla y nos instalamos a comer "pasteles" (muy similar a las empanadas fritas chilenas pero con otros ingredientes).
Mientras cenábamos, se largó a llover con todo. De un segundo a otro, las calles estaban inundadas y nosotros atrapados en la terraza del local! Después de esperar un poco a que disminuyera la lluvia, nos armamos de valor y caminamos de vuelta, totalmente mojados... para encontrarnos con una carpa totalmente mojada!! Fue toda una experiencia eso si, dicen que así es la lluvia en Brasil... explosiva y con calor.
El sector donde nos quedamos se llama Lagoa da Conceição y se veía muy bonito, con un puente de tierra que divide el lago en dos partes. Cuando llegamos al camping ya estaba oscuro y nos conformamos con cualquier sitio, ya que había poca visibilidad (en su website, las fotos mostraban sitios con mucho pasto y la realidad era otra -resultó ser un camping más bien de casas rodantes- con mucho estacionamiento y poco sitio para la carpa). De todos modos, desempacamos y armamos nuestro campamento, para luego salir a cenar por ahí cerca. Estaba repleto de restaurantes fuera de nuestro alcance, pero encontramos un local que vendía comida más sencilla y nos instalamos a comer "pasteles" (muy similar a las empanadas fritas chilenas pero con otros ingredientes).
Mientras cenábamos, se largó a llover con todo. De un segundo a otro, las calles estaban inundadas y nosotros atrapados en la terraza del local! Después de esperar un poco a que disminuyera la lluvia, nos armamos de valor y caminamos de vuelta, totalmente mojados... para encontrarnos con una carpa totalmente mojada!! Fue toda una experiencia eso si, dicen que así es la lluvia en Brasil... explosiva y con calor.
Nos costó mucho quedarnos dormidos esa noche, con tanto ruido de gotas pesadas y preocupados de que se nos pasara la carpa. Pero, al despertar, nos impresionamos de lo bien que se comportó ya que no se mojó nada en su interior. Fue bueno darnos cuenta que contamos con una carpa resistente para el futuro.
Esa mañana mientras Roberto se duchaba, oí gente hablando afuera de la carpa... comentando nuestra moto. De desconfiada que soy, salí a ver la moto y me encontré con 4 personas. Me pidieron disculpas por si molestaban y les dije que no, y luego nos pusimos a conversar. Eran dos parejas de brasileños, que andaban viajando en motos también. Sus nombres son Cecilia y José Luis, Paula y Marcelo y andaban en una Suzuki DR650 y una BMW F650GS, respectivamente. Me dijeron que iban a tomar un bote de paseo por el lago y nos invitaron a acompañarlos para conversar, así que nos arreglamos rápidamente y salimos todos juntos. Para nuestro asombro, hicimos conversación fácilmente (ellos hablando portugués y nosotros español mezclado con portugués chamullento). Ellos son muy simpáticos. Viven en Jundiaí, una ciudad muy cerca de Sao Paulo y están de viaje camino a Foz do Iguaçu.
El bote que pensamos que era de paseo turístico era realmente la única forma de transporte que tenían las personas que vivían al borde del lago y lejos del camino principal. Fue un paseo muy lindo e interesante, nos bajamos en la última parada del trayecto (habían pequeños muelles que hacían de paraderos) y caminamos hasta una "cachoeira" (cascada) muy linda que había más arriba en el cerro. Luego caminamos entre las casas, por medio de pequeños senderos peatonales que unen todas las viviendas (jamás pensamos que tanta gente vivía en ese lugar tan escondido). Cuando llegamos hasta el paradero anterior, volvimos a subirnos al bote, que iba en el sentido de regreso. Es un lugar muy hermoso y sencillo. Nos encantó realmente el paseo, y jamás nos hubiéramos enterado del bote si no hubiéramos conocido a nuestros nuevos amigos.
Al regresar del paseo, pasamos al supermercado junto a nuestros nuevos amigos y luego volvimos al camping. Pasamos toda la tarde y temprana noche juntos en la cocina comunitaria, haciendo "churrascos" (asado), conversando de todo un poco y viendo fotos del viaje. La noche llegó muy temprano, así que no volvimos a salir. Roberto aprovechó la ocasión de hacerle el cambio de aceite a la moto para quedar listos para la mañana siguiente.
Ya que el camping nos permitía desalojar hasta las 4pm, decidimos ir un ratito a la playa en la mañana. Fuimos a la Praia Joaquina, muy linda y tranquila en esta época. Nos relajamos un poco y volvimos para almorzar al camping y despedirnos de nuestros amigos, quienes viajaban más temprano.
Nos fue realmente agradable conocerlos y compartir con ellos, nos hicieron la estadía en Florianópolis muy entretenida (y no nos habíamos sentido a gusto en un comienzo debido al camping y la lluvia). Fue muy agradable comenzar a balbucear algunas palabras en portugués, y darnos a entender luego de estar tan sólo 4 días en Brasil (aunque creo que nos hará falta más apoyo así que un diccionario Español-Portugués no estaría demás). Incluso nos dejaron invitados a su casa, pero vuelven de su viaje en 2 semanas y nosotros ya deberíamos estar lejos para ese entonces, así que es una pena!
Bom viagem, amigos!
De ahí desarmamos la carpa y la limpiamos debido a la lluvia, y continuamos nuestro camino. Ese día viajaríamos muy pocos kilómetros, hasta el balneario de Camobriú, así que salimos muy relajados y tarde.
Jajajajajaj, lo del idioma es muy chistoso: parece como si estuvieran acostumbrados. Me ha tocado trabajar con 2 brasileños y siempre es lo mismo: yo escribo en español y ellos responden en portugués xD y así! xD Chatear con ellos es chistoso tb.
ResponderEliminarHasta donde entiendo les deben faltan toneladas de agua por caerles encima xD Pero espero que tanto los trajes de goma como la carpa y la moto sigan resistiendo.
Un abrazo a ambos.
Jajaja espero que no sea así,pero es probable XD y el tema del idioma es cada vez mas chistoso! Besos
EliminarHola chiquillos:ya saben que siempre estoy siguiendolos en su blog.
ResponderEliminarEstan bellisimas las fotos de Brasil.Es super entretenido ver el ¿donde estoy? y darse cuenta la cantidad de kilometros que han recorrido y tambien todos los que les quedan por andar.
Sigan adelante siempre positivos y confiados en que lograran su sueño.
Besos
Hola Tía!! Que rico ver que nos sigue en el blog y que le gustan nuestras narraciones. Estamos bastante atrasados y falta actualizarlo, pero para allá vamos! Es cierto que llevamos muchos kilómetros ya, van unos 11.500!!! Pero faltan muchísimos más aún... y es maravilloso sentir su apoyo! Un gran abrazo bien fuerte para allá!!!
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