domingo, 15 de abril de 2012

Camboriú y Curitiba

Después de que nuestros nuevos amigos se marcharon, desarmamos nuestro "campamento" y salimos de Florianópolis muy tarde, a la hora del taco. Demoramos mucho tiempo en dejar la ciudad pero el paisaje es tan bonito que no fue tan terrible esperar. De a poco se fue haciendo de noche y arribamos a Camboriú como a las 8 PM. La carretera hasta ahí está en muy buen estado y es de doble vía.


En Camboriú no teníamos datos donde llegar así que había que armarse de paciencia para buscar algo. Entramos por una calle principal y vimos un hotel que se veía como del tipo de los que podemos pagar, pero lo pasamos de largo y al intentar dar una vuelta a la manzana para volver a él, encontramos otro hotel. Paramos y fuí a preguntar el precio mientras Daniella esperaba en la moto. Estaba algo fuera de presupuesto pero luego de un pequeño regateo, el recepcionista bajó un poco la tarifa y ahí nos quedamos... fué algo asi como un record, no habiamos encontrado un hotel óptimo tan rápido antes. Desarmamos el equipaje, cambiamos de ropa y partimos al centro a buscar comida y hacernos una primera impresión de la ciudad.

Es agradable, no como otros balnearios que hemos visitado donde todo parece inalcanzable y ridiculamente caro. Es algo asi como un poco más para el pueblo, eso nos agrada. En cada lugar que entramos dan por hecho que somos argentinos... Camboriú es el balneario brasileño preferido de los trasandinos, en verano la invaden por miles. Retomando: comimos algo y nos fuimos a dormir.


Al día siguiente salimos semi-temprano y recorrimos la costanera. Es muy lindo, la playa principal es muy grande, limpia y tranquila, con muchos puestos para saborear las tipicas cosas que se pueden comer o tomar en las playas de Brasil, y empezamos a hacerlo comprando el típico choclo cocido (milho o maíz) sentados a la orilla de la costanera. Al rato nos topamos con un centro de información turística y vimos que se podía hacer con un bajo presupuesto y nos comentaron sobre unas playas pequeñas que se llega solo a pié por medio de unas pasarelas de madera que van por la orilla del mar... y eso hicimos.




Cruzamos al otro lado de la ciudad caminando y fuimos a ver esas playitas. Valía la pena totalmente, eran unas playas pequeñas, casi sin gente, casi sin olas y con una excelente vista a la ciudad. Pasamos una horas allí y disfrutamos del agua y la vista. Después, volvimos al centro a comer algo, a cambiar moneda y Dani aprovechó de comprar un diccionario portugués-español-portugues que hace días tenía ganas de comprar. Luego al hotel a preparar las cosas para la partida de la próxima mañana, cuando partiríamos a Curitiba.

En Curitiba nos recibiría Reginaldo, a él lo contactamos a través de www.horizonsunlimited.com, que es una página dedicada a viajeros en moto de todo el mundo. Yo envié un mensaje a la comunidad pidiendo información sobre Curitiba y Reginaldo de inmediato ofreció su casa para alojarnos.

Partimos hacia Curitiba por la carretera, la que tenía mucho tráfico. A la hora de almuerzo paramos en Joinville, una ciudad formada por colonos alemanes. Almorzamos en un restaurante de la cadena Habbib's que es como un McDonald's pero de comida árabe, que se encuentra en todas las ciudades que hemos visitado en Brasil. Teníamos que hacer hora para no llegar muy temprano a Curitiba para que Reginaldo pudiese recibirnos. Seguimos viaje y llegamos a Curitiba. De inmediato notamos que es muy ordenada y cultural, con murales increíbles por todos lados, un sistema de transporte público del cual se basó el Transantiago, y algo que nos llamó mucho la atención, está repleto de araucarias por todos lados.



Hicimos hora otro poco en un parque muy lindo, de los varios que posee la ciudad y luego nos fuimos a casa de Reginaldo. Nuestro nuevo amigo nos recibió con los brazos abiertos en su casa, tenía un cuarto preparado para nosotros, excelente para reponer las energías. Los siguientes 2 días los dedicamos a conocer la ciudad: sus hermosos parques, un impresionante mirador en altura que también funciona como antena de telecomunicaciones (en su interior tiene hermosos murales y obviamente una vista espectacular), las zonas antiguas de la ciudad, el centro, el "exótico" museo del conocido arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, etcétera.



Mensión especial merece el museo, al que en curitiba le dicen "olho" (ojo), ya que su arquitectura es impresionante y en su interior se exhiben otras obras del arquitecto, además actualmente se encuentra en exhibición la obra de un hijo ilustre de la ciudad de Curitiba: Poty, un dibujante y muralista que decoró muchos edificios y rincones de la ciudad, la que nos gustó muchísimo.

Reginaldo también es viajero en moto, ha ido a Chile, Ushuaia y recorrido Brasil... y así para el día siguiente nos tenía un paseo en moto por rutas históricas de la región. Al otro día despertamos temprano y partimos hacia Morretes por un camino historico hermosísimo, que está inmerso en la mata atlántica (así se denomina el tipo de bosque/selva que hay cercanos a la costa atlántica del sur de Brasil), el camino "Serra do Mar".



Lo disfrutamos muchísimo, paramos a almorzar buffet por kilo en Morretes y después de vuelta a casa, había que empezar a preparar todo para nuestra partida a la mañana siguiente, bien temprano, para no llegar a la hora de mayor tráfico a nuestro próximo destino, un destino que todos nos decían que no debíamos visitar por lo peligroso, inmensamente grande, desordenado, de tráfico imposible: Sao Paulo... Pero como no visitarla si íbamos a pasar al lado?!?!?

Muchas Gracias Reginaldo!!! esperamos encontrarte nuevamente para devolverte la mano y para recorrer juntos!!!

1 comentario:

  1. que rico que todo este resultando.ojo con lo que viene luego de rio,los calores del interior son abrumadores. pero igual,a seguir en pos de un sueño.te quiero,cariños

    ResponderEliminar