miércoles, 21 de marzo de 2012

aMar del Plata


Luego de escapar de la tormenta, llegamos a refugiarnos a Necochea - uno de los balnearios más grandes de Argentina. Al mismo tiempo, dejó de llover y comenzó a salir el sol... la gente paseando en traje de baño y nosotros figurando con los trajes de goma, empapados por dentro y fuera! 
Dimos algunas vueltas por la ciudad, para ubicarnos y nos quedamos en el primer hospedaje que encontramos. Estábamos agotados, y nos hubiéramos conformado con cualquier lugar con una cama, un techo y un estacionamiento... pero tuvimos una tremenda suerte, porque la dueña era muy amorosa y el lugar estaba bien también. Nos instalamos, colgamos una vez más todas nuestras cosas mojadas por toda la habitación y el baño, y descansamos. Esa noche salimos a conocer un poco el centro, y buscamos donde cenar. Ahí nos dimos cuenta de que estábamos en un balneario importante, porque había donde regosijarse en cuanto a locales de comida... desde panchos hasta platos gourmet. Aún así nos costó mucho elegir donde comer, ya que estábamos aburridos de las milanesas, las hamburguesas y las pastas o pizzas. Pero eso es sólo porque siempre buscamos gastar lo menos posible. Encontramos un local llamado Solamente Rico y comimos muy rico y contundente, luego llegamos a dormir como bebés.


El día siguiente hizo un sol maravilloso y bajamos a la playa, la cual es muy extensa en cuanto a su largo y también su ancho. Pero aquí nos encontramos con algo que consideramos extraño: la playa tapizada con techos. Se preguntarán porque hablo de techos en la playa, pero resulta que hay "balnearios privados" que arriendan espacios para cubrirse del sol mientras uno está en la playa... y son mucho más que el típico quitasol ya que parecen casetas y la gente que las usa ni puede ver el mar desde adentro. No entendemos esto, en parte porque si uno va a la playa, es para sentirse en la playa y, por otra parte, se elimina la playa en casi toda su magnitud! La playa considerada pública es mínima. Nosotros pensamos que era alguna moda nueva pero después nos enteramos que es una costumbre en Argentina que viene desde muchos años atrás, ya que vimos una foto de la decada de los '50 donde se pueden ver los mismos techos aunque en menor cantidad... que raro.
Aún así, el balneario es bonito y el agua se veía rica pero no nos bañamos ya que no bajamos con los trajes de baño.

La mañana siguiente volvimos a meter las cosas ya secas a los bolsos y continuamos nuestro viaje -antes interrumpido- a Mar del Plata. Fue un viaje corto y el camino se veía harto más bonito con buen tiempo. 




La ciudad nos gustó desde un comienzo. Apenas llegamos, buscamos la dirección de un hotel que habíamos encontrado por internet pero resultó que la tarifa por habitación que se publicó en Julio del 2011 había subido casi 3 veces! Así que nos tuvimos que dirigir a la oficina de información turística para encontrar otro lugar a nuestro alcance. Tuvimos mucha suerte, ya que nos dieron la información que necesitábamos e incluso llamaron por teléfono para consultar disponibilidad. Llegamos al hotel que nos recomendaron y nos encantó. El recepcionista subió nuestro equipaje a la habitación (cosa que no había pasado antes en todo el viaje) y la habitación estaba linda, tenía ventilador de techo, baño privado, tele, wifi, ventana, desayuno incluido y estacionamiento subterráneo... perfecto! Y todo eso a un muy buen precio. 



Luego de instalarnos, salimos a caminar. Fuimos primero a una calle que nos recomendaron, que estaba en un barrio acomodado y que tenía harto comercio. Aquí fue donde nos encontramos por primera vez en Argentina con esa "M" amarilla... y disfrutamos al comernos el primer McDonalds de todo el viaje. No es que sea mi comida favorita, pero luego de tanta "abstinencia", pucha que estaba rico!
Después de eso, seguimos caminando... caminando y caminando. Pensamos en tomar un bus turístico para conocer la ciudad, pero nos dimos cuenta que era mejor hacerlo por nuestra cuenta. Caminamos muchísimo. Recorrimos desde el barrio alto hasta pleno centro y costanera, pasando por barrios residenciales y también de comercio a lo "paseo Ahumada" de Santiago. Dejamos los pies en Mar del Plata. Nos enamoramos del lugar, tiene de todo y muchas cosas para hacer. 
Esa noche llovió.

El día siguiente amaneció despejado y con calor... y fuimos a un parque acuático llamado Aquópolis. Estuvo muy rico. Roberto se tiró como mil veces en los toboganes. Yo no sé nadar ni sumergirme en el agua y aguantar la respiración, así que me tiré sólo 2 veces... pero disfruté mucho de las piscinas y mucho más al mirar a mi novio disfrutando como niño chico con cada tobogán. 



Al otro día salimos a pasear en la moto. Queríamos bajar a la playa y nos dirigimos a la única que vimos libre de esos techos invasivos (también habían techos en los balnearios de Mar del Plata). 




Nos encontramos con un campeonato panamericano de ciclismo de ruta, cuyo circuito estaba justamente en ese trayecto de costanera, así que estacionamos la moto a un par de cuadras y bajamos a pie. Fue entretenido ver tanto movimiento: los cerros estaban repletos de espectadores y se veían muchísimos corredores, además habían parapentes en el cielo, surfistas en el agua, gente jugando con paletas, tomando sol y tomando mate. Nosotros nos tendimos un rato en la playa a dormitar. Más tarde, caminamos por el sector de la costanera que nos faltaba por conocer. Es realmente lindo, hay un paseo por rocas y muchos áreas con pasto. En lo alto está la costanera para autos, con una amplia vereda. 




Todos los espacios públicos en Argentina son muy amplios, tanto que uno se pregunta si realmente se usarán en su plenitud. Bueno, aquí nos dimos cuenta de que si se ocupan. La vereda estaba copadísima de gente, y todos los espacios verdes también. Se acostumbra mucho instalarse en cualquier sitio a tomar mate, con los amigos o la familia... sentados en el suelo, en la baranda, o derechamente con sillas plegables propias. Si vez 2 personas o más, están tomando mate. Además se "rolea" mucho (andar en patines roller), se trota mucho y, al menos en Mar del Plata, se toma mucho sol. Nos encantó ver los espacios públicos tan bien utilizados, ya que nos es así en Chile.





Disfrutamos tanto de Mar del Plata que nos dio algo de pena irnos... pero el viaje debe continuar! Así que volvimos a empacar todo, para seguir a la mañana siguiente hasta La Plata, lugar donde viven 2 amigos míos... quienes nos invitaron a pasar un tiempo por allá.

3 comentarios:

  1. OH!
    (Lo siento, no puedo salir de mi asombro)
    Parece que estuvieron soñando un par de días.
    Mucho éxito con lo que queda del viaje!

    =PK=

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Pablo! Disfrutamos mucho de ese lugar...

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  2. En su próxima visita a Mar del Plata, no dejen de ir a las playas del Sur, desde el faro hacia abajo, playas grandes, muchos médanos y acantilados

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