martes, 5 de junio de 2012

¡Hasta pronto, Brasil!

La llegada a la ciudad de Manaus, bastante agotadora como describimos anteriormente, dio un giro de 360° cuando conocimos a nuestros nuevos amigos y anfitriones. Apenas llegamos al departamento de Clark, nos dimos ricas duchas y nos cambiamos a ropa limpia para luego cenar una exquisita comida casera hecha por Helena. Resultó que ellos estaban esperando nuestra llamada desde mediodía e incluso Clark nos había ido a buscar al puerto, pero por cosas de la vida no nos encontró. Qué pena haber hecho preocuparse a gente tan buena, por error de comprensión. Lo bueno es que nos encontramos y finalmente estábamos en su hogar. Esa noche dormimos maravillosamente. 

La mañana siguiente despertamos tarde y desayunamos. Descansamos bastante y en la tarde salimos con Clark y Helena para conocer un poco el centro de la ciudad. Primero fuimos a un sector de barrio alto, donde hay una concha acústica y playas donde en verano hacen todo tipo de actividades. Ahora estaban haciendo reparaciones, pero se veía muy lindo de todos modos. Desde ahí se aprecia el único puente que cruza el río Amazonas. 




Tipo 7:00 de la tarde llegamos a la plaza del teatro, donde nos dijeron que debíamos probar una de las comidas más típicas del lugar. Acordamos encontrarnos ahí con Christian, nuestro amigo Argentino del barco. Para nuestra sorpresa, cuando llegamos a la plaza comenzaron a llegar varios amigos de Clark también. No lo sabíamos pero él les había avisado que nosotros llegamos y les dijeron que fueran para conocernos. La mesa se llenó y fue una tarde bien agradable, todos los amigos motoqueros con muchas historias para contar y querían saber muchas cosas de nosotros. Christian no podía creer la situación, pero nosotros estábamos comenzando a acostumbrarnos de la buena hospitabilidad brasileña que hemos recibido. Probamos el plato de comida que nos habían dicho, se llama Tacacá y es una sopa de sabor bien fuerte que, como dicen, la amas o la odias. Tiene camarones, una especie de maicena, una hoja similar a la menta pero que adormece la boca al masticarla, y además es picante. A Roberto y a Christian les gustó, a mi no mucho pero siempre hay que probar! 




Más tarde nos despedimos del montón y fuimos junto a Clark, Helena y dos nuevos amigos -Genghis y Brasil- a un pub para ver un gran acuario que tiene al interior. Ahí vimos un pez llamado pirarucú... el pez más grande que hemos visto en la vida! Realmente bonito. Además nos presentaron el pez tambaqui, que dicen que es el pez más sabroso y rico de estas zonas. Ambos peces de agua dulce. También habían tortugas grandes y otros peces raros. Muy interesante. 



Uno de los motivos principales por los que fuimos a Manaus (a parte de ser la ciudad principal del norte de Brasil), es que el abuelo de Roberto nació ahí. Su bisabuelo fue Cónsul de Perú en Manaus y, por ende, su abuelo nació en su casa que era el Consulado de Perú en el año 1925. La familia no conoce la dirección de esa casa y sólo tienen unas fotos antiguas. Nosotros queríamos encontrarla, para tomarle fotos y enviárselas a su familia para que la vieran. Así que el siguiente día lo dedicamos exclusivamente a esa búsqueda. Averiguamos la dirección del actual consulado y fuimos ahí con el objetivo de conseguir información histórica de los consulados anteriores y así hallar la dirección exacta. Con la dirección actual en mano, salimos en la moto en busca del consulado. Nos demoramos mucho en hallarlo ya que los nombres de las calles habían cambiado y por más que preguntábamos a la gente, no supieron darnos con la dirección. De todos modos lo encontramos. El barrio en el cual se encuentra es demasiado nuevo, así que estaba clarísimo que no sería la misma casa donde nació el abuelo de Roberto. 


Al entrar y explicar nuestra situación, la secretaria nos contactó directamente con el Cónsul actual. Él nos recibió muy interesado en nuestra historia. Es una persona muy simpática y muy apasionada por su trabajo. Conversamos con él durante horas, pero lamentablemente no nos pudo ayudar ya que no existen registros históricos de los consulados. A través del tiempo, el consulado en Manaus ha abierto y cerrado en varias ocasiones y, cada vez que eso sucede, los archivos se envían a la casa central en la capital. Además, cada vez que se abre, es en una casa nueva. Es triste, ya que probablemente en otro país, o en otra ciudad, si existiría el archivo histórico... pero por tratarse de una ciudad tan desligada del resto del país, la situación es diferente. Lo que si nos indicó es que por la época, la casa debió ubicarse a orillas del río... por lo cual probablemente ya no debe existir con tantas subidas de agua. Después de esa reunión, recorrimos un poco el casco histórico de la ciudad y buscamos la biblioteca para investigar... pero está en restauración y no pudimos ingresar. Por lo que pudimos averiguar, Manaus no posee otro centro de información histórica. Así que lamentablemente nuestra búsqueda no obtuvo buenos resultados. Fue una pena, porque no le pudimos enviar las fotos que quisimos a la familia... pero de todos modos recorrimos las calles por las cual su abuelo debió transitar todos los días de su infancia, y eso es algo especial. 




Después de eso, aprovechamos lo que quedaba de luz de día y recorrimos un poco el centro histórico. Quisimos conocer el interior del teatro porque nos habían dicho que tenía una mezcla muy grande de estilos arquitectónicos y que por lo tanto no tenía identidad cultural. Entramos e hicimos un tour del lugar... y lo que opinamos al respecto es que su gran mezcla de estilos le generó una identidad cultural más especial aún. El lugar simplemente nos deslumbró! Es hermosísimo.





Esa noche estábamos invitados a la casa de otro amigo de Clark, donde llegaron varios amigos más. Volvimos tarde otra vez, pero la mañana siguiente nos despertamos tempranito. Nuestro nuevo amigo Brasil nos invitó a dar un paseo en moto de agua... nada más que por el Amazonas!!! Yo jamás había andado en jetski y me daba un poco de susto debido a que le tengo temor al agua por no saber nadar, pero cómo rechazar una invitación tan buena? Nos juntamos con él en la marina donde estaba guardada la moto. Estaba totalmente inundada a causa de las grandes subidas del río por la temporada de lluvias. Primero fuimos a cargar gasolina a un puesto flotante en el río y luego comenzamos nuestro paseo. La moto era grande y se puede ir de a tres personas, y fue genial! 



Anduvimos por el río Negro y otros ríos más pequeños que se juntaban. Vimos paisajes hermosos, naturaleza pura. Territorio indígena y también casas millonarias construidas al borde del río. Nos metimos a pequeños canales de agua invadidos de floresta. Con las subidas del río, habían más canales que lo normal e incluso se podía llegar a los patios de algunas casas. Anduvimos por horas, con el viento en la cara y el agua en los pies. Fue una experiencia maravillosa. Quién diría que pasearíamos así por el Amazonas? Brasil nos invitó a almorzar a un restaurante flotante sobre el río, donde comimos el pescado tambaqui que nos habían recomendado y realmente era delicioso. Nuestro amigo nos motivó a manejar la moto también, así que primero se subió Roberto y anduvo muy bien, y luego yo (que no sé manejar moto, ni auto siquiera) con susto lo intenté y al parecer no anduve tan mal jeje. Fue un paseo muy bueno, y volvimos agotados! 




A la noche otra vez estábamos invitados a una junta motociclística, pero esta vez fue un asado organizado por el motoclub más grande y antiguo de Manaus -Almas Livres- en la casa del club (tenían una casa propia!). Conocimos a muchas personas más y todos nos preguntaban de nuestro viaje. Una vez más lo pasamos muy bien. Estos motoqueros brasileños son otra cosa! 



Al otro día salimos los dos a dar un pequeño paseo en lancha por el río, a ver "el encontro das aguas". El encuentro de las aguas es una de las cosas más turísticas del lugar, es un fenómeno natural que se da en la unión de los ríos Negro (de color negro) y Solimões (de color café). Estos dos ríos corren lado a lado por 6km sin mezclarse debido a diferencias de temperatura, densidad y velocidad de ambos. Es una cosa bien particular. 



Esa tarde empacamos todas nuestras cosas ya que partiríamos temprano a la mañana siguiente, rumbo al norte. Estando las cosas listas, bajamos al centro de eventos del edificio a otro rico asado, esta vez en nuestro honor. Lo organizaron nuestros amigos para despedirnos. La verdad es que todos los días hicimos algo, son un grupo muy alegre, y fueron unos días maravillosos. La vida nos sigue sorprendiendo con la buena gente que nos aparece en el camino, no nos esperábamos esto al comenzar el viaje... y definitivamente es algo a lo que podríamos acostumbrarnos! Somos muy felices de decir que ahora tenemos buenos amigos brasileños. Sinceramente esperamos poderlos ver nuevamente, de vuelta en Brasil, o en nuestro país donde serán recibidos con nuestros brazos abiertos. Gracias!



Despertamos temprano para despedirnos de Helena y Leandro (su hijo) antes de que fueran a misa, ya que era domingo y día de las madres. Había llovido toda la noche y aún llovía un poco. Clark quizo acompañarnos hasta la ciudad de Presidente Figueiredo que queda a unos 80km de Manaus para despedirnos ahí, así que salimos juntos y atravesamos la ciudad. La moto de Clark llevaba mucho tiempo detenida sin uso, así que estaba con un problema eléctrico y repentinamente se detuvo. Era un cable que se soltaba con la vibración, pero por precaución prefirió devolverse a la casa y despedirnos ahí. Esta familia fue estremadamente cariñosa con nosotros y nos sentimos como si despidiésemos familiares nuestros. Nos dimos un gran abrazo, y a seguir nuestro camino!

El camino que nos quedaba ese día sería largo, queríamos llegar a la ciudad Boa Vista. Para eso primero teníamos que atravesar 120 kilómetros de una reserva indígena que permanece cerrado después de las 6:00 de la tarde. En ese trayecto uno no se debe detener ni sacar fotos, y por supuesto no arrojar basura ni atropellar animales (cosa que no se debe hacer en ningún lugar), no hay locales de comida ni estaciones de servicio... pero hay justo antes y justo después. Habíamos investigado algo sobre esa ruta y la información dice que la reserva es hogar de indígenas hostiles y no es bueno tratar de desobedecer lo que dicen los carteles. 




Los paisajes hacia la reserva son muy lindos por lo que queríamos llegar rápido a la reserva, que imaginábamos aún más linda. Al llegar a la última estación de gasolina previa a la reserva, nos detuvimos para llenar el estanque y seguir. Pero cuando estábamos listos para continuar la moto no encendió. No sabíamos que sucedía, esto jamás había pasado antes. Veníamos hace rato con problemillas de conexión eléctrica, pero sólo son los focos. Roberto buscó el problema y no pudo resolverlo, desarmó toda la moto incluso, movió todos los cables y nada. Estuvimos bastante rato detenidos en ese lugar, y nos comenzamos a desesperar. Yo hacia tiempo que estaba con dolores estomacales, y ese día me estaba doliendo muchísimo y quería llegar rápido a acostarme en una cama. Pensamos en llamar por teléfono a alguno de nuestros amigos de Manaus para pedirles ayuda, pero no quisimos molestarlos a menos que fuera totalmente necesario. Y repentinamente, de la nada, se arregló el problema y la moto se encendió! Ya que no supimos descifrar el problema, preferimos no volverla a apagar. Así que rearmamos la moto y seguimos nuestro camino. Con la moto andando, no habían problemas... sólo habría problema si la detuviéramos, así que había que andar contínuo. Qué nervio meterse a la reserva en la que estaba prohibido detenerse, en este estado!! Pero lo bueno es que aún estaba de día y nos quedaban unas dos horas y media antes que cerraran el camino. 


Así, decidimos darle para adelante no más, y seguimos rumbo al norte interiorizándonos a la reserva de los indígenas Waimiri Atroari. Es un lugar realmente impresionante, tierra totalmente vírgen (excepto por la carretera de asfalto que la atraviesa). No podía parar de sacar fotos, era una escena bella tras otra. Y nos puso a pensar en cómo sería todo el resto de territorio del país si fuera totalmente reserva en vez de plantaciones y propiedades privadas, ya que el contraste es insólito. 



Iba cruzando mis dedos para que saliéramos de ese lugar tan maravilloso pero potencialmente peligroso a la vez sin problemas con la moto... y gracias a dios que no tuvimos fallas en el camino. 



Pocos kilómetros después de salir de la reserva indígena se encuentra el monumento que marca la línea del Ecuador. Nos dijeron que teníamos que estar muy atentos, ya que si uno no lo busca, no lo encuentra. Y es muy cierto, el monumento no está bien señalado. Llegamos al punto en el que el GPS nos marcó S 00° 00' 00.0" y estuvimos seguros de nuestro paraje! Qué emoción, llegamos a la mitad del mundo! Nos estacionamos en frente del monumento para tomarnos la fotografía... pero debido a nuestro miedo a que la moto volviera a fallar, dejamos el motor andando y sacamos la foto increíblemente rápido para seguir andando. 



El resto del camino siguió muy hermoso, con muchas lagunas de agua lluvia y floresta muy verde. Tuvimos que quedarnos a dormir en un pequeño pueblo llamado Nova Colina ya que se nos hizo de noche, en un hotel muy malo, pero al otro día despertamos temprano para seguir camino. Llegando a Boa Vista, buscamos el terminal de buses ya que nuestros amigos de Manaus nos habían recomendado un hotel. Ese hotel en particular no tenía habitación disponible, pero en ese sector habían muchos así que fue fácil encontrar otra opción. Nos quedamos en un hotel bueno, bonito y barato que tenía estacionamiento, aire acondicionado, y un pequeño restaurante. Todo bien. Tan pronto nos instalamos, Roberto salió en busca de un mecánico para reparar cualquier desperfecto eléctrico que nos estaba generando estos problemas. Recorrió bastante pero logró encontrar uno bueno que accedió a ayudarnos temprano la mañana siguiente. Así que volvió al hotel, cenamos ahí mismo y dormimos agotados. 

El mecánico revisó la moto temprano, descartó un montón de posibles causas a modo de "prueba y error" y finalmente parece haber dado en el clavo y el problema se solucionó. La verdad es que no es una ciencia exacta debido a que todo el ensamblado eléctrico fue hecho artesanalmente por Roberto mismo y no por fábrica. Según parece, lo que hacía falta era simplemente afirmar mejor la batería. Cuando Roberto preguntó cuanto le debía al mecánico, él le dijo que nada... nada! Eso si que fue sorpresa, ya que generalmente lo que menos tienen los mecánicos desconocidos es generosidad. Pero dijo que los viajeros en moto debían cuidar la plata para poder seguir avanzando, y solidarizó con nosotros. Que buena! 



Así que la moto quedó lista para seguir. Salimos a dar unas vueltas por el centro de la ciudad para conocerla y almorzar, luego de vuelta al hotel para dejar todo empacado para el día siguiente. Nosotros también estábamos listos para seguir, pero a la vez tristes de dejar este país tan hermoso y que nos ha brindado tanto. Unos 200km después, llegaríamos a la frontera con Venezuela. Ese camino sigue siendo hermoso, pero de a poco se comienza a convertir en "tierra de nadie" (típico de los caminos fronterizos) y los pavimentos están en peores condiciones ya que no los mantienen bien. De a poco también se comienzan a ver asentamientos indígenas, chozas aisladas que van conformando vistas nuevas y diferentes a todo lo que vimos antes en Brasil. Se nota la cercanía a la frontera. 



Pasos antes de la frontera con Venezuela nos detuvimos en una tienda de artesanías típicas brasileñas. Llevábamos unos 50 días en el país y lo habíamos atravesado de extremo sur a extremo norte, y hasta el momento no habíamos podido comprar una calcomanía con la bandera de Brasil para colocarla en la moto. Impresionantemente, la encontramos 5 minutos antes de irnos. Cosas del destino, y una bonita forma de decir adiós.


Qué rico seguir adelante y qué ganas de conocer un nuevo país, pero es triste dejar éste... el país que tanto cariño nos entregó, tantos paisajes hermosos, tanta diversidad cultural, tantos amigos y tantas emociones. Brasil, volveremos a ti! Ni lo dudes! 


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